La elegancia fue la premisa fundamental de esta década. Destacan las siluetas femeninas y las prendas entalladas.
La llegada de los 30 trajo consigo la gran depresión de la bolsa. Muchos se quedaron sin trabajo, y los que tenían no ganaban lo suficiente. Con esa situación, estar a la moda pasó a ser un lujo. Nadie tenía dinero para comprar zapatos y ropa nueva, al menos no masivamente. La idea era preservar, el mayor tiempo posible, lo que había en el armario.
La industria de la moda debió adaptarse a los tiempos de crisis y crear para un mercado con un poder adquisitivo bajo. Para la mujer se impuso un estilo más femenino y liviano. La flapper quedó atrás. El largo de los vestidos y las faldas cayó hasta los tobillos.
El ingreso de la mujer a la fuerza de trabajo obligó a recurrir a la ropa más práctica. El glamour y la transgresión de los 20 ya no tenían cabida en una sociedad que enfrentaba una gran crisis mundial.
Las prendas tendían a marcar la cintura y a entallar la figura. El traje de chaqueta era el más usado en las calles. El cabello corto dejó de ser moda, y se notaba un claro regreso al estilo más femenino.
Monday, February 15, 2010
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